La Fundación CEOE y la Asociación Española de Fundaciones (AEF) presentan el programa de apoyo a las fundaciones comunitarias
La misión básica de estas fundaciones es conceder apoyo financiero a otras entidades sin ánimo de lucro para abordar las necesidades y oportunidades de su comunidad. Trabajan en colaboración con organizaciones de la zona y están dirigidas por patronatos independientes que representan a toda la comunidad.
La Fundación CEOE y la Asociación Española de Fundaciones (AEF) han presentado esta mañana en Madrid el programa de apoyo a las fundaciones comunitarias, entidades privadas que canalizan y estimulan la filantropía y la solidaridad colectiva de una manera original e innovadora. Su principal objetivo es desarrollar las comunidades de aquellos territorios donde se constituyen, ya sean rurales o urbanos.
La apertura de la jornada ha corrido a cargo de la presidenta de la Fundación CEOE, Fátima Báñez, quien ha agradecido a todas las empresas y organizaciones de CEOE su compromiso con la responsabilidad social, que ha posibilitado que funcione “el canal de solidaridad en un momento difícil para España” como es la pandemia. Concretamente, ha señalado que esto ha servido para “aumentar ese canal que es santo y seña de la sociedad española, que es solidaria y comprometida siempre”.
Según Fátima Báñez, casi 500.000 personas han trabajado en España a través de las fundaciones haciendo posible “que vivamos una recuperación más cercana a las personas”, porque “la solidaridad no ha cogido vacaciones”.
Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Fundaciones, Javier Nadal, ha afirmado que, con la puesta en marcha del programa de apoyo a las fundaciones comunitarias, el objetivo de su organización es conseguir pasar en España “de las ocho fundaciones comunitarias actuales a 40”, y que esto sea “el inicio de la expansión” en nuestro país de este tipo de entidades, que ponen el foco en la colaboración de múltiples actores de un territorio para liderar proyectos desde lo cívico y lograr el máximo impacto local.
A continuación, la directora de Relaciones Internacionales y Fundaciones Comunitarias de la AEF, Rosa Gallego, ha explicado el origen y funcionamiento de este tipo de fundaciones, que “no son especialmente conocidas en España, pero de las que existen unas 2.000 en todo el mundo” y cuyo origen está en Estados Unidos hace aproximadamente un siglo.
Según Rosa Gallego, las fundaciones comunitarias “son una manera innovadora de canalizar la responsabilidad social, la solidaridad y la filantropía en los territorios en los que se constituyen, y están arraigadas a un lugar y a sus personas y empresas”.
Acto seguido, desde Extremadura ha intervenido Alejandro Hernández Renner, director técnico del programa de apoyo a las fundaciones comunitarias, quien ha explicado sus fases, desde la presentación de la candidatura hasta el ingreso de la fundación en la comunidad de fundaciones, y ha explicado su trabajo en la identificación de aquellos “grupos de territorios que quieren hacer cosas nuevas y con la intención de tener un impacto comunitario”.
Para ayudar a conocer cómo funcionan las fundaciones comunitarias y qué pueden aportar a la sociedad y, en concreto, al territorio donde se implantan, la jornada ha contado también con el testimonio de dos casos prácticos.
Así, Antonio Manuel Reyes, presidente de la Fundación Maimona, ha explicado el modo en que nació esta entidad en el año 2000 gracias a un grupo de “personas comprometidas” que veían decaer su pueblo, Los Santos de Maimona, en la provincia de Badajoz, y cómo ha impactado su labor en la sociedad local tras 21 años de actividad.
En opinión de Antonio Manuel Reyes, las fundaciones comunitarias son imprescindibles “para generar un desarrollo integral basado en los recursos endógenos de un territorio o de una comunidad”, y ha asegurado que “el retorno a la sociedad de nuestras inversiones es de 2,48 euros por cada euro invertido por la Fundación”.
“Emprendimiento, innovación y filantropía innovadora son tres vectores que impulsa la Fundación Maimona”, ha añadido, al tiempo que ha avanzado cuáles son los retos que tiene por delante esta entidad: “Armonizar internamente tres grandes ejes, como son el impacto económico, nuestra propia sostenibilidad financiera y la notoriedad de la Fundación”.
Por último, Manuel Piquer, presidente de la Fundación Cívica Novessendes y miembro del consejo de administración de Grupo la Plana, ha expuesto la evolución de una fundación corporativa a una fundación comunitaria, proceso que vivió esta entidad, nacida en 2001 sobre todo centrada en proyectos en el ámbito educativo.
Tras varios años de funcionamiento y un proceso de reflexión interna sobre lo que querían ser como fundación, en 2009 conocieron el formato de las fundaciones comunitarias y decidieron que querían ser “una fundación no solo para la comunidad, sino también de la propia comunidad”.
Las fundaciones comunitarias contribuyen a mejorar la vida de las personas de un ámbito geográfico local, prestando atención a una gran diversidad de temas. Su misión básica es conceder apoyo financiero a otras entidades sin ánimo de lucro para abordar las necesidades y oportunidades de su comunidad. Para ello, recaudan activamente recursos de diversos donantes locales, promoviendo activamente la filantropía y la solidaridad comunitarias, y construyendo dotaciones y fondos permanentes, estables e independientes, de la comunidad para la comunidad. Trabajan en colaboración con las organizaciones de la zona, fomentando la cohesión y promoviendo la equidad y el capital social, y están dirigidas por patronatos independientes que representan a toda la comunidad.